GENESIS
PRINCIPIAR... iniciar...
comenzar... abrir... Hay algo refrescante y optimista en estas palabras, ya sea
que se refieran al amanecer de un nuevo día, al nacimiento de un niño, al
preludio de una sinfonía o a los primeros kilómetros de las vacaciones
familiares. Libres de problemas y llenos de promesas, todos los comienzos
despiertan la esperanza y las visiones llenas de fantasía del futuro. Génesis
significa «comienzos» u «origen» y revela el principio del mundo, de la
historia de la humanidad, de la familia, de la civilización, de la salvación.
Es la historia del propósito y el plan de Dios para su creación. Como el libro
de los comienzos, Génesis establece el escenario para la Biblia entera, revela
la persona y la naturaleza de Dios (Creador, Protector, Juez, Redentor); el
valor y la dignidad de los seres humanos (hechos a la imagen de Dios, salvos
por gracia, utilizados por Dios en el mundo); la tragedia y las consecuencias
del pecado (la caída, la separación de Dios, el juicio); la promesa y la
seguridad de salvación (el pacto, el perdón, el Mesías prometido).
Dios. Ahí es donde comienza
Génesis. De súbito lo vemos crear el mundo en un despliegue majestuoso de poder
y propósito, que culminó con un hombre y una mujer hechos a su imagen (1.26,
27). Pero muy pronto el pecado entró en el mundo y Satanás fue desenmascarado.
La creación, bañada en inocencia, fue destrozada por la caída (la desobediencia
voluntaria de Adán y Eva). La comunión con Dios se rompió y el mal comenzó a
tejer su telaraña destructiva. En una rápida sucesión, leemos cómo Adán y Eva
fueron expulsados del hermoso huerto, cómo su primer hijo se convirtió en
asesino y cómo el mal engendró mal hasta que Dios finalmente destruyó a todos
los seres de la tierra excepto a una pequeña familia encabezada por Noé, la
única persona fiel que quedaba.
Conforme nos acercamos a Abraham
en las praderas de Canaán descubrimos el comienzo del pueblo del pacto de Dios
y los vastos alcances de su plan de salvación: la salvación viene por medio de
la fe, los descendientes de Abraham serán el pueblo de Dios y el Salvador del
mundo saldrá de entre esta nación escogida. Las historias de Isaac, Jacob y
José que vienen a continuación son algo más que biografías interesantes. Ponen
énfasis en las promesas de Dios y son la prueba de que él es fiel. La gente que
encontramos en Génesis es gente común y corriente, y aún así Dios hizo grandes
cosas por medio de ellos. Hay ejemplos vívidos de cómo Dios puede y ha
utilizado toda clase de personas para lograr sus buenos propósitos... incluso
gente como usted y como yo.
Lea Génesis y anímese. ¡Sí hay
esperanza! No importa cuán oscura pueda parecer la situación del mundo, Dios
tiene un plan. No importa cuán insignificante o inútil se sienta usted, Dios lo
ama y quiere utilizarlo en su plan. No importa cuánto haya pecado o cuán
separado se encuentre de Dios, la salvación está al alcance de la mano. Lea
Génesis... ¡y mantenga la esperanza!
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